Biblioteca, Archivo & Museo. Falacias argumentales
Falacias de la argumentación
La argumentación es el proceso a través del cual se presentan o exponen ideas, conceptos, posiciones u opiniones; es decir, argumentos. Esta exposición puede tener lugar en un intercambio o debate, en una discusión, en una explicación o en otros contextos, y puede ser tanto oral como escrita. La argumentación es el momento en el cual se sustenta lo que se dice, se ofrecen razones, se rebaten las del oponente (real o potencial) y se establece la veracidad y conveniencia de la posición propia.
Un problema de este proceso es que puede resultar largo y complejo, de modo que muchos deciden "acortarlo" haciendo trampas y utilizando falacias: herramientas que, empleando distracciones o mecanismos lógicos, intentan la victoria de los argumentos propias (o el fracaso de los ajenos) sin necesidad de todo el trabajo de sustentación.
El uso de falacias de la argumentación es más habitual de lo que se cree, especialmente en la vida cotidiana, pero no solo. Las redes sociales, tristemente, han popularizado numerosas formas falaces, que han estado presente desde siempre en los debates políticos, en las contiendas jurídicas e incluso en algunas discusiones filosóficas.
La ciencia no ha sido ajena al uso de falacias de argumentación. Aquellas que decidan escribir divulgación deben estar atentos para no cometerlas. Una sólida argumentación resulta esencial para la buena comprensión de las ideas trasmitidas y para su aceptación, especialmente si los textos producidos se enmarcan en procesos educativos. El uso de falacias en un texto le da "patas de barro": lo expresado en él terminará, a la corta o a la larga, por desmoronarse.
En los párrafos siguientes se ofrecen algunos ejemplos de falacias comunes. Un listado bastante completo, con sus explicaciones y ejemplos, puede leerse en How to win every argument: The use and abuse of logic (Madsen Pirie, 2006), cuyo enlace de descarga se comparte a continuación.
Nota: Los ejemplos son imaginados. Toda relación con la realidad es pura coincidencia. ;-)